Semana laboral de cuatro días en España: pros y contras, experiencia internacional

03 Marzo 2021

España ha decidido averiguar cuáles son los pros y los contras de la introducción de 4 días de trabajo a la semana. Este proyecto fue adoptado por el Poder Ejecutivo del país a fines de enero.


Contenido de este artículo:

  1. Antecedentes a estos cambios
  2. Experimentos similares en otros lugares
  3. Éstos son los argumentos de partidarios y opositores
  4. Un enfoque diferente: cinco días de seis horas.
  5. ¿Qué haces con tu día libre?
  6. ¿A qué esperamos?

Como parte del experimento, el gobierno español brindará asistencia financiera a aquellas compañías que trasladen a su personal a una semana de 32 horas laborales con tres días libres, según El Confidencial.

La iniciativa de transición a cuatro días laborales es impulsada activamente por especialistas del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de España y representantes del partido de centroizquierda Más País. Durante las consultas laborales está planeado desarrollar un plan para ayudar a las empresas que van a participar en el experimento con el fin de reducir el impacto negativo a medio ambiente, mejorar el nivel de vida y la salud de los ciudadanos con ayuda de la reducción de la jornada laboral.

Las consultas comenzaron después de que el gobierno español había aprobado a finales de enero un proyecto que demuestra los pros de una semana de 4 días laborales. El gobierno proporcionará 50.000.000 de euros para el experimento. Se espera que estos fondos sean parte de los 140.000 millones de euros, que es la participación de España en los recursos de la Unión Europea para combatir el COVID-19.

El dinero se entregará a los participantes del proyecto en forma de asistencia directa. Uno de los principales requisitos para los participantes del proyecto piloto es llegar a 32 horas de trabajo a la semana sin recortar los salarios. No se puede tener 4 días laborales con 10 horas de trabajo al día para la participación en el proyecto. Tampoco es posible recortar los salarios: la población del país ya ha sufrido la crisis provocada por el coronavirus. Cuando empezó la crisis, muchas personas perdieron sus ingresos y cubrían sus gastos corrientes solo gracias a los créditos personales rápidos y otros préstamos. Y este experimento tiene como objetivo reducir las consecuencias negativas de la crisis y no agravarla.

Antecedentes a estos cambios

En muchos países siguen hablando de semanas laborales más cortas. Hay razones objetivas para esto:

  • avances en el progreso científico y tecnológico: cada vez más personas pueden ser reemplazadas por máquinas;
  • menor fertilidad: las familias ahora necesitan gastar menos en hijos, por lo que no es necesario trabajar una semana completa;
  • un aumento de la proporción de mujeres que trabajan en comparación con las amas de casa;
  • trabajo de los sindicatos.

Experimentos similares en otros lugares

Muchos negocios que han decidido reducir sus días de trabajo hacen referencia a la experiencia de la compañía Perpetual Guardian de Nueva Zelanda. La introducción de una semana laboral de 4 días tuvo tanto éxito que después de 2 meses este horario fue introducido de forma permanente.

Hubo otros experimentos que cambiaban el horario de trabajo; por ejemplo, el empresario mexicano Carlos Slim quería introducir una semana de tres días para sus trabajadores, pero con 11 horas laborales al día.

Hay que admitir que no todos estos experimentos tuvieron éxito. Por ejemplo, la empresa norteamericana Treehouse abandonó el experimento de 4 días laborales debido a los malos resultados y volvió a la práctica estándar. La empresa sueca Svartedalen fue aún más lejos y redujo la jornada laboral a 3 días. Pero para mantener el volumen de trabajo realizado, la compañía tuvo que contratar personal adicional. Debido a los altos costos, el experimento tuvo que cancelarse y la empresa volvió a la semana habitual.

Éstos son los argumentos de partidarios y opositores

Los principales argumentos de los partidarios de una semana laboral más corta son el bienestar del personal, el aumento de su motivación para trabajar y la reducción de los días libres que toman los empleados por su cuenta.

Sin embargo, todo depende de la esfera de trabajo. Si hablamos de la empresa de Nueva Zelanda, este es un trabajo de oficina, y en este caso puede ser difícil igualar las horas laborales y el rendimiento de los empleados. En las plantas de fabricación, por otro lado, la productividad se puede calcular con mucha precisión.

Para Perpetual Guardian, los resultados fueron positivos, la motivación de los trabajadores aumentó y el nivel de estrés disminuyó. Pero incluso en esta empresa los resultados no fueron absolutamente buenos: algunas personas no pudieron reorganizar sus hábitos y trabajar durante 4 días de la manera más eficiente posible.

Para establecer un horario de 4 días durante 8 horas e introducir esta práctica no solo en las oficinas, sino también en la producción, será razonable elevar el nivel de la productividad, de lo contrario todo terminará con una caída en los ingresos. Por tanto, el principal argumento de quienes se oponen a la transición a una semana laboral de 4 días es que la economía aún no está preparada para ello, la productividad sigue siendo insuficiente.

Un enfoque diferente: cinco días de seis horas.

Ha habido en la historia otros intentos de reducir las horas de trabajo: estos experimentos reducían el número de horas de trabajo por día.

Las autoridades de Gotemburgo, Suecia, decidieron poner a prueba la jornada laboral de seis horas en 2015 y eligieron el personal de instituciones de atención a personas mayores como sujetos de prueba. El experimento les costó 12 millones de coronas presupuestarias y, bajo la presión de las críticas de la oposición, fue terminado 23 meses después del inicio, pero sin embargo dio resultados interesantes.

Al trabajar seis horas al día, los participantes en el experimento tenían menos probabilidades de tomar una licencia por enfermedad e informaron que se sentían significativamente mejor en general. Una de las enfermeras observó con disgusto que luego del regreso forzado al régimen de ocho horas, inmediatamente comenzaba a sentirse cansada.

Más bien podemos concluir que una persona se acostumbra rápidamente a las cosas buenas, pero ¿qué pasa con la productividad? Según los resultados del caso de Gotemburgo, la productividad del personal de asilos de ancianos durante las jornadas de seis horas aumentó en un 85 por ciento; en la práctica, esto significa que pasaban más tiempo con pacientes mayores (por ejemplo, los llevaban a caminar con más frecuencia).

¿Qué haces con tu día libre?

Tras analizar la experiencia de compañías que ya han reducido el número de jornadas laborales, notamos que existen diferentes tendencias entre los empleados.

Algunos de los empleados están realmente perdidos, al menos al principio, y no saben qué hacer con la gran cantidad de tiempo libre que les ha aparecido. En tales casos, la productividad incluso disminuye ligeramente, ya que la rutina habitual de la persona se altera y se siente algo incómodo. Pero estos casos son la minoría.

Muchas personas, siguiendo la tendencia moderna de cuidar la salud física y mental, dedican su día libre a sí mismos: practican deportes, meditación, asisten a varios entrenamientos. Además, hay más tiempo para la familia, lo que tiene un efecto beneficioso en las relaciones personales.

Algunos empleados admiten que empezaron a dedicar más tiempo a sus aficiones, mientras que otros utilizan su tiempo libre para finalmente lograr su sueño: convertir una afición en un negocio rentable. Las personas toman préstamos personales online e invierten en sí mismas y en sus pequeñas empresas: lecciones de guitarra en línea, venta de velas artesanales o joyas y mucho más. En cualquier caso, dedicarse a su afición y darse cuenta de que está empezando a generar beneficios, aunque sean pequeños, afecta a las personas no menos beneficioso que un día extra de descanso.

¿A qué esperamos?

Es difícil predecir cómo terminará el experimento español iniciado. Por supuesto, las previsiones según los datos disponibles en este momento son bastante positivas.

Sin embargo, es deseable realizar más investigaciones y tener más datos para proporcionar pruebas claras y sólidas de que tanto el personal como los empleadores se benefician de jornadas o semanas laborales más cortas.

Sin embargo, estamos llegando gradualmente hacia la comprensión de que necesitamos trabajar no ocho horas al día o cuarenta a la semana, sino el tiempo que podemos ser productivos, porque el resto del tiempo laboral de todos modos se gasta en vano.

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