Cómo negociar con tu banco
Tanto si quieres rebajar los intereses de tus préstamos como si lo que te hace falta es mejorar las condiciones que tu banco te ofrece, tienes dos opciones: o empiezas a negociar una mejora de las condiciones, o te cambias de entidad bancaria. En este post te cuento cómo debes hacerlo.
Contenido de este artículo:
- La fidelidad está sobrevalorada.
- ¿Pero quién hace eso?
- ¿Realmente compensa negociar con el banco?
- Los mejores trucos para negociar con tu banco
La fidelidad está sobrevalorada.
O, al menos, eso es lo que deberías pensar cuando consideres que tu relación con el banco va a ser eterna.
Desgraciadamente, la realidad nos muestra que los matrimonios no duran toda la vida.
¿Entonces, si ni siquiera vas a estar toda la vida con tu pareja, por qué vas a tener que estar “casado” con tu banco hasta que la muerte te separe?
Además, esta relación de fidelidad con tu banco no es mutua, ya que este, en cuanto pueda, te la pegará en forma de comisiones, gastos, intereses y renegociación unilateral de las condiciones que tenías pactadas previamente.
De hecho, cuando modifica una cláusula que te perjudica, te envía una carta en la que te explica que si no estás de acuerdo con dicho cambio contractual estás en tu derecho de cancelar tu relación con el banco.
¿Pero quién hace eso?
Los bancos tienen la sartén por el mango y ven la situación de otra manera: saben que, aunque te canses de ellos y el desamor se apodere de ti, va a ser muy complicado que les abandones por otro.
Son conscientes de que los clientes somos perezosos y no tenemos ganas de cambiar de entidad con mucha frecuencia (aunque sea mucho más fácil de lo que piensas).
Y se aprovechan de eso para meterte más gastos, más comisiones e intereses más elevados.
Hoy te voy a enseñar cómo puedes retomar el control de esta relación tan poco “amorosa”.
¿Realmente compensa negociar con el banco?
La respuesta a esta pregunta no tiene una única respuesta.
Depende, sobre todo, de tu vinculación con el banco, de los productos que tengas contratados y de qué condiciones aceptaste en un primer momento.
Por ejemplo, si tienes el mejor préstamo personal del mercado y no tienes más vinculación con ese banco no vas a conseguir que te hagan mucho caso.
Pero si eres el mejor cliente de la oficina, temerán perderte si otro banco te ofrece mejores condiciones.
Independientemente de eso, con el paso del tiempo, con toda seguridad tus condiciones habrán empeorado, puesto que casi siempre los bancos aplican la política de hechos consumados, sabiendo que la fidelidad de sus clientes es más alta que sus ganas de ahorrar dinero.
Se puede, por tanto, extraer una regla por la que la cantidad de dinero ahorrado en una negociación es directamente proporcional al tiempo que llevas como cliente.
Los mejores trucos para negociar con tu banco
Si estás harto de pagarle de más a tu banco, lee con atención estas recomendaciones:
- Amenaza con cambiarte de banco: la amenaza debe ser real. De hecho, lo más recomendable es buscar un banco alternativo que te ofrezca unas condiciones mejores que las que tienes hasta ahora. Y con esa oferta en firme, tienes que pedirle a tu actual banco que te iguale las condiciones. Pero debes ser firme y estar dispuesto a cambiarte de banco si tu entidad actual no entra en razón.
- Usa tu perfil financiero como un argumento de negociación: si eres buen pagador, devuelves siempre a tiempo los préstamos y tienes bastantes productos contratados con el banco, dispones de un buen argumento para utilizar en la negociación. La negociación, además, siempre será más efectiva si tienes desde hace muchos años una nómina alta domiciliada en el banco. En esos casos el banco sentirá que eres un buen cliente y tendrá miedo de perderte. Recuerda que las mejores condiciones, los mejores productos de inversión y los mejores créditos al consumo siempre se los ofrecen a los clientes VIP.
- Promete contratar más productos: cuando le digas al banco que tiene que bajarte los intereses de tu hipoteca o de un préstamo personal, puedes ofrecer como contraprestación abrir un depósito o contratar con ellos un plan de pensiones. Al aumentar el volumen de negocio, es posible que tu banco te haga caso y te baje los intereses.