La escalada de los alquileres sitúa como alternativa a los pisos en propiedad

24 Diciembre 2018

La eterna duda existencial de muchos españoles pivota siempre sobre la misma pregunta: ¿conviene más comprar una vivienda o alquilarla? Pese a que en España casi todo el mundo se decanta por la propiedad, la crisis provocó que los arrendamientos comenzaran a verse con buenos ojos. Una percepción que parece estar cambiando de nuevo.

Los estudios indican que muchos de los inquilinos que actualmente viven de alquiler están deseando ser propietarios de su vivienda.

Esto implica que en plena crisis —cuando la burbuja inmobiliaria estalló y dejaron de concederse hipotecas—, la gente comenzó a recurrir a los pisos de alquiler, prácticamente porque no existía otra opción.

Pero la situación económica está cambiando y los bancos vuelven a confiar de nuevo en sus clientes.

Y esta confianza se ve traducida en una mayor facilidad para conceder hipotecas en España, que al fin y al cabo es uno de los pilares básicos del negocio bancario tradicional.

Por otra parte, la situación coyuntural por la que pasan los alquileres en estos últimos años también es distinta a la de los tiempos de la crisis. En gran parte debido al auge de los apartamentos turísticos, que han provocado un cambio radical en el panorama urbano de muchas ciudades.

La subida de los alquileres

Desde que muchos turistas prefieren alquilar un piso a través de plataformas tipo AirBNB —en lugar de irse a un hotel como se hacía antes—, la cosa se ha puesto muy complicada para los inquilinos residenciales de pisos ubicados en los centros de las ciudades.

Porque muchos propietarios son conscientes de que pueden ganar mucho más dinero arrendando por días sus inmuebles, en vez de hacer contratos por varios años a personas que quieren un piso para vivir en él durante un período prolongado.

Y eso es lo que ha provocado que muchos inmuebles que han estado durante años en régimen de alquiler de vivienda habitual se hayan reconvertido ahora en apartamentos turísticos.

Además, se produce también un efecto colateral: al disminuir la oferta de pisos para vivienda habitual, el precio en las grandes ciudades aumenta considerablemente. Y eso hace que muchos inquilinos ya no puedan pagar esos precios y tengan que marcharse a las afueras.

La solución: ¿volver al piso en propiedad?

Esta escalada de los precios de los arrendamientos ha llevado a muchos inquilinos a reconsiderar la opción de la compra.

Mientras que hace 8 o 9 años el alquiler era la única posibilidad asequible para miles de ciudadanos afectados por la crisis, las actuales rentas a las que tienen que hacer frente se han vuelto para muchos prohibitivas, con lo que es lógico que vuelvan a plantearse la compra de una vivienda.

Más aún cuando las facilidades que ofrecen los bancos ponen a muchos los dientes largos.

Si le echas un vistazo a cualquier lista o recopilación de los mejores prestamos bancarios, verás que las condiciones son bastante ventajosas.

Sin embargo, aunque pueda parecer tentador pensar en una casa en propiedad, consultando varias estadísticas sobre el mercado inmobiliario se constata que los precios de los alquileres han tocado techo.

De hecho, los arrendamientos urbanos solo continúan subiendo en municipios de tamaño medio, mientras que en las grandes ciudades empiezan a bajar ligeramente.

Un fenómeno que no se da en el mercado de propiedad, en el que las subidas de precios parecen imparables.

Con estos datos en la mano, mi consejo es que hagas muchos números (y también practiques algo la futurología) para saber si realmente ahora mismo te conviene abandonar el alquiler y hacerte propietario de una vivienda.

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